Santo de San Miguel
Santo de San Miguel
El asentamiento de pueblo viejo es uno de los más antiguos de la comuna de Ránquil, originándose a partir del antiguo fundo “pugamil” e inicialmente poblado por medio del sistema de inquilinaje. Es decir, se entregaba pequeños lotes de terrenos para que los trabajadores permanentes puedan levantar sus propias casas y de esta manera compensar sus bajos salarios.
La versión más asentada señala que a fines del siglo XIX un trabajador de apellido Muñoz (radicado en Pueblo Viejo), fue a trozar un árbol seco en una colina próxima a la casa patronal. Encontrando allí una figura de madera con forma humana. Tras concluir con su trabajo, reportó el hallazgo con doña Tránsito Alarcón, su patrona, quien interpretó la figura como el santo de San Miguel. Pensando además que era un milagro de que dicho hallazgo se efectuara un día 29 de septiembre.
Otra variante sobre el descubrimiento de la figura de San Miguel, indica que ocurrió cerca de 1916 en los viñedos de doña Tránsito Alarcón, mientras se realizaban labores de cava de viñas. Cual sea el caso, la imagen quedó guardada por el trabajador que la encontró, quien estableció para el santo un humilde santuario. Con el tiempo, doña Tránsito le otorgó cuidados y rogó por salud, cosechas y labores agrícolas. Teniendo siempre las mandas solicitadas. De esta manera, el santo extendió su fama de cumplidor.
Al fallecer el trabajador, su hija mantuvo el cuidado de la estatuilla, aunque al casarse se trasladó a la parte alta de Ñipas. Sin embargo y a pesar del cambio, se mantuvo la conmemoración al santo de San Miguel. Permitiendo que el número de fieles fuera creciendo de manera sostenida, hasta convertir el día 29 de septiembre en un suceso regional.
En la memoria de los ranquilinos se destaca la expectativa por el 29 de septiembre, para ver la enorme cantidad de personas que llegaban a la estación de Ñipas. Era tan notable el flujo de gente, que demandaba al tren ampliar su oferta, pasando de 4 carros a 8 o 10 carros. Ya en Ñipas, lo habitual era iniciar una “procesión” que transitaba por calle Pedro Aguirre Cerda hasta calle John Kennedy, para dar con el santito. Ruta acompañada por ramadas y comercio de diversos productos.
Referencias
1.
Quezada Alarcón, O. (1997). “Ñipas: mi
querida tierra”.
2.
Entrevistas realizadas por el equipo
territorial del Programa de Pequeñas Localidades de Ñipas (2022-2026).
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