Virginio Arias Cruz


Virginio Arias Cruz

1855-1941

 

Virginio Arias Cruz nació en Ránquil en 1855, siendo el tercer hijo de don Fernando Arias y doña Lorenza Cruz. Creció en un entorno rural, destacándose desde su infancia por su destreza para el tallado de madera y el modelado en greda.

Tras la muerte de su padre, su familia se trasladó a la ciudad de Concepción, donde ingresa al convento de la Merced. Ahí su inclinación artística favoreció su incorporación como ayudante del artista Francisco Sánchez, quien se desempeñaba en trabajos de restauración y decoración en la catedral de Concepción. Posteriormente Virginio logra ser reclutado para trabajos similares en Chillán, Yumbel y Los Ángeles.

Otra versión difundida sobre los primeros años de Virginio Arias, se encuentra en la obra “la silla del sol. Crónicas ilustradas de Ñuble” (2002) del historiador Alejandro Witker. La cual indica que Arias llega a concepción junto a su familia con sólo tres años, y bajo “la protección de un acaudalado agricultor, Manuel Aristides Zañartu quien estimuló las innatas aptitudes del niño para el dibujo y la escultura” (p. 154). En dicha obra se comenta que Manuel Zañartu puso a prueba la destreza de Virginio al solicitarle figuras de caballo y un rostro del obispo de concepción: Hipólito Salas. Con la promesa de financiar sus estudios en Concepción. Con el desafío cumplido Virginio se erradica en Concepción donde conoce al pintor Francisco Sánchez y al escultor Tomás Chávez.

A fines de 1873 Virginio Arias se traslada a Santiago para ingresar a la escuela de Bellas Artes. Es ahí donde Virginio alcanza un progreso significativo en el trabajo escultórico, obteniendo el honor de ser ayudante de Nicanor Plaza. Posteriormente en 1874 el gobierno de Chile envía a Nicanor Plaza a la ciudad de París, quien costeó con su propio bolsillo la inclusión de Virginio Arias. Con la llegada a Francia, Virginio inicia un periodo de 26 años en el viejo continente, lapso en que  ingresa a la Ecole des Beaux Arts,  donde tuvo como maestros a François Jouffroy, Alexandre Falguière y Jean-Paul Laurens.

Iniciada la guerra del pacífico (1879-1884), las noticias sobre el desarrollo del conflicto se esparcieron por Europa, inspirando a Virginio en la creación de esculturas en honor a sus compatriotas. Emergiendo así, esculturas como “El defensor de la patria” o “roto chileno” (1882). De esta manera, contribuyó junto a Nicanor Plaza (1844-1918) y Rebeca Matte (1875-1929) en la confección de obras con referencias locales, cambiando así la tendencia que existía en el país de traer copias de obras europeas. También, entre otras de sus obras escultóricas se encuentran: “juventud” (1884), “El descendimiento” (1887), “madre araucana” (1896), “monumento a Don Manuel Antonio Matta” (1905), “monumento al General Manuel Baquedano” (1928), “monumento a Diego Barros Arana” (1935), etc. Esculturas que destacaron por su calidad técnica y catapultaron a Arias a un enorme reconocimiento nacional e internacional, que se expresaron en diversas distinciones, entre ellas: segunda medalla de la exposición internacional de Santiago de Chile (1875), mención honrosa salón oficial de Santiago de Chile (1876), mención honrosa salón de París (1882), medalla de oro salón oficial de Santiago de Chile (1884), primera medalla de oro de la exposición universal de París (1889), primera medalla de oro de la exposición de Buffalo-Estados Unidos (1901), entre otros laureles.

El 10 de octubre de 1900 Virginio Arias se hace cargo de la dirección de la Escuela de Bellas Artes de Chile, que contaba por ese entonces  con sólo dos profesores para cursos de pintura y dibujo. En consecuencia, Virginio Arias con el apoyo del doctor Manuel Barros Borgoño, gestionó con el Consejo de Instrucción pública el restablecimiento de cátedras y la creación de otras nuevas. Logrando articular un plan de estudios con los cursos de dibujo (profesor José Mercedes Ortega), pintura y dibujo superior (profesor Pedro Lira), dibujo natural, pintura y composición de cuadros (profesor Fernando A. Sotomayor), escultura estatuaria (profesor Virginio Arias), grabado en madera (profesor León Bazin), arquitectura y perspectiva i trazado de las sombras (profesor José Forteza), modelado y dibujo ornamental (profesor Simón González), desbaste y práctica del mármol y la piedra (profesor Baldomero Cabré), anatomía de las formas (profesor David Benavente) y estética e historia del arte (profesor Manual Rodríguez M.) e historia universal y mitología (profesor Enrique Nercasseau y Morán). La reorganización de la escuela se completa el 21 de septiembre de 1910 con la inauguración del palacio de Bellas Artes. De esta manera y tras más de 10 años, Virginio Arias deja el cargo de director, siendo reconocido como miembro honorario de la institución.

En 1901 Augusto G. Thomson también conocido por Augusto d’Halmar confeccionó la serie “los 21” para destacar los nuevos aportes de las figuras intelectuales más notables del país. Entre ellos destacó la figura de Virginio Arias, que lo describe como “un gran maestro de la forma, de la corrección armónica y perfecta, un ejecutante admirable que posee cualidades sobresalientes en Europa misma: sobrada prueba las recompensas y laureles que conquistado en distintas exposiciones de París” (Thomson, párr. 4). Aquel autor también tuvo la posibilidad de visitar a Virginio Arias, destacando la hospitalidad del ranquilino y expresando que “Arias es el tipo de inteligencia perfectamente equilibrada, perfectamente tranquila: se observa como admiración á aquel hombrecito modesto que viste como todo el mundo” (Thomson, párr. 2).

A modo de justicia con la obra de Virginio Arias Cruz, se debe señalar que de acuerdo a Doña Marcelle Arias Albert (hija del escultor), el nombre original de la escultura conocida como “roto chileno” es realmente “defensor de la patria”. El cambio se produjo en algún momento de 1888, cuando el gobierno chileno compró la escultura para instalarla en la plaza Yungay. Siendo un cambio que iba en contra la voluntad del autor[1].

Virginio Arias Cruz fallece en Santiago en 1941, trascendiendo como una figura clave del arte chileno. Al consagrar una obra significativa que constituye un legado patrimonial para el país.



[1] De acuerdo a Joaquín Edwards Bello en su libro mitópolis de 1973, dicha versión es señalada en una entrevista realizada a Marcelle Arias Albert y publicada en las últimas noticias un 21 de enero de 1953

 

                                                                                                         Imagen n°1: retrato de Virginio Arias

                                                                                                  Autor: Arturo Michelena.

 

  Imagen n°2: fotografía de Virginio Arias

                                                                                     Fuente: Museo de Histórico Nacional.



 Imagen n°3: caricatura de Virginio Arias

                                                                                        Fuente: memoria chilena.



Imagen n°4: escultura "el descendimiento"

                                                                                                  Fuente: Biblioteca Nacional Digital.


 Imagen n°5: escultura "el descendimiento" 

Fuente: Catálogo del Museo de Bellas Artes (1922).



Imagen n°6: escultura "Madre Araucana"

                                                                                                                                     Fuente: Museo Nacional de Bellas Artes.   
                                                   


Imagen n°7: escultura Gelón de Siracusa
                                                                                Fuente: Museo O' Higginiano y de Bellas Artes de Talca.



                                                                 Imagen n°8: dibujo de hombre

                                                                  Fuente: Museo Histórico Nacional.


Imagen n°9: dibujo de mujer

Fuente: Museo Histórico Nacional.



Imagen n°10: retrato desnudo

                                                                                                                         Fuente: Museo Nacional de Bellas Artes.


Imagen n°11: retrato de niña

                                                                                                    Fuente: Museo Nacional de Bellas Artes.


Imagen n°12: retrato de niña

                                                                             Fuente: Museo Histórico Nacional.



Referencias

1.          Augusto d’Halmar (1901). Los 21: Virginio Arias.

2.      Bello J. (1973). Mitópolis. Biblioteca popular nascimiento.

3. Museo Nacional de Bellas Artes. Virginio Arias Cruz 1855-1941. https://www.artistasvisualeschilenos.cl/658/w3-article-40054.html

4.      Oscar Quezada Alarcón (1997). Ñipas: mi querida tierra (1997).

5.      Pereira, E. (1992). Estudios sobre la Historia del Arte en Chile Republicano. Santiago. Ediciones Universidad de Chile.

6.     Sociedad Nacional de Bellas Artes (1942). “Salón Nacional 1942 y homenaje a maestros Virginio Arias Cruz y Enrique Swinburn Kirk”.

7.       Virginio Arias Cruz (1908). Memoria Histórica de la escuela de Bellas Artes de Santiago de Chile

8.       Witker, A. (2002). La silla del sol. Crónicas ilustradas de Ñuble. Ediciones Universidad del Bío-Bío.

9.   Zamorano, P. y Herrera, P. (2017). Panorama artístico chileno durante la segunda mitad del siglo XIX: debates, institucionalidad y protagonistas, Atenea,  n°515, 147-162. https://www.scielo.cl/pdf/atenea/n515/0718-0462-atenea-515-00147.pdf


























































































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