Ránquil y el río Itata
Cruce del río Itata
De acuerdo a las memorias de don Oscar Quezada, hasta la década de 1930 el río Itata se caracterizaba por ser ancho y caudaloso durante todo el año, incluso en los meses de verano. Por lo mismo antes de la construcción del puente Ñipas (1921-1923) se configuró en la zona un lucrativo servicio de “balseros” o “lancheros” que eran manejados por personas expertas en la travesía del río. Los botes eran operados generalmente por dos hombres: uno encargado de los remos, mientras que el otro tenía que direccionar el bote desde la popa, al apoyar una pértiga o “lanza”. De esta manera, se prestaba un servicio clave para la conectividad local, al permitir el tránsito de personas, animales, pipas y diversos productos agrícolas entre orilla Itata y Ñipas.
Las balsas que más se ocupaban en ese entonces eran descritas como “lanchones grandes” o como “barcos” que solían cruzar las partes más angostas del río. También existían embarcaciones improvisadas, conformadas con hileras de pipas vacías amarradas con cordeles. En cualquier caso, se requería un gran conocimiento del cauce del río para así evitar los estancamientos por aguas bajas y cumplir con la conectividad requerida por la comunidad.
Durante el auge de las balsas los “puertos” más utilizados fueron el de “la higuera” y “el barco”. El primero se ubicaba en Ñipas al término de calle Itata y se caracterizaba por aprovechar la existencia de un árbol para apoyarse en el manejo de embarque y desembarque. Mientras que el otro se encontraba unos kilómetros río abajo en la localidad del “el barco” (de ahí su nombre) en un área de grandes piedras. Entre ambos “puertos”, el más emblemático fue el “puerto” de “el barco”, por mantener una gran actividad durante el siglo XIX, época en que también fue conocido como “las balsas de soto” por ser ese el apellido del dueño de esas tierras y embarcaciones.
Durante el periodo de la patria vieja, en la guerra por la independencia de Chile, el cruce de río Itata también fue relevante. Puntualmente en el transcurso de la batalla de “El Quilo” (19 de marzo de 1814) y la batalla de “Membrillar” (20 de marzo de 1814). Comandadas en el orden dado por Bernardo O’Higgins y Juan Mackenna, quienes otorgaron ambos triunfos para la causa patriota. Bajo un escenario donde el cruce del río condicionaba el movimiento de las tropas y las estrategias de guerra. Se conoce que tras esos sucesos, Juan Mackenna y Bernardo O’Higgins se reúnen, cuando este último atraviesa el río Itata junto a sus tropas un 23 de marzo de 1814.
Imagen n°1: estudio preliminar del F-C de Chillán a las balsas de Soto
Referencias bibliográficas
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Vergara
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